
Junto con el cepillado regular y el uso de hilo dental, las limpiezas dentales profesionales juegan un papel importante en el mantenimiento de los dientes sanos. Algunas personas evitan limpiarse los dientes en el dentista porque piensan que no solo será doloroso, sino que en realidad podría dañar sus dientes.
Si ha pasado mucho tiempo desde la última limpieza, es cierto que puede causar algunas molestias. Pero es un mito que la limpieza dental dañe los dientes. De hecho, el daño causado por no ir al dentista para limpiezas regulares supera con creces los peligros del procedimiento en sí.
Por qué la gente piensa que la limpieza dental es dañina
Las cosas que preocupan a algunos pacientes sobre las limpiezas dentales generalmente se dividen en tres categorías.
- Los métodos
- Los productos
- Los efectos secundarios
En realidad, se ha demostrado que todos los métodos y productos son seguros. Los efectos secundarios que se pueden sentir después de una limpieza son a corto plazo y desaparecen rápidamente. Y, de hecho, cuanto mejor estén los dientes y las encías, menos posibilidades habrá de que se produzcan molestias.
¿Son necesarias las limpiezas dentales?

Cada vez que comemos o bebemos, nuestros dientes están cubiertos de ácidos y bacterias. Estos se unen y recubren los dientes con una sustancia pegajosa llamada placa o sarro. Cuando la placa permanece en los dientes durante un período prolongado de tiempo, puede comenzar a formar caries, que eventualmente corroerán el esmalte del diente y causarán caries.
El cepillado regular hace mucho para limpiar la placa, pero no siempre puede eliminarla por completo. Las limpiezas dentales periódicas realizadas por un profesional (el dentista las sugiere dos veces al año) dan a los dientes una limpieza más profunda, ayudando a prevenir las posibilidades de caries.
Mito #1: La limpieza dental debilita el esmalte dental
Una limpieza profesional comienza con el higienista dental utilizando instrumentos metálicos para raspar y rascar el sarro y la placa de la superficie de los dientes. Esto se conoce como raspado dental.
Cuanto más dura sea la capa de placa, más vigorosamente tendrá que raspar el higienista. Esto lleva a algunas personas a creer que el procedimiento también raspará el esmalte duro en el exterior del diente.
Aunque puede parecer que los dientes se raspan con demasiada fuerza, el esmalte dental es muy fuerte y no se puede rayar ni astillar durante una limpieza normal. Recuerde que un largo tiempo entre limpiezas le da a la placa más posibilidades de arraigarse. Las limpiezas más frecuentes significan menos placa y, por lo tanto, menos presión aplicada al raspar los dientes.
Mito #2: La limpieza dental utiliza productos químicos agresivos (y posiblemente tóxicos)

Solo hay dos productos que se suelen utilizar durante una limpieza dental: el esmalte dental y el enjuague o barniz con flúor. Ambos son seguros y ninguno dañará los dientes.
Esmalte de dientes
Después del proceso de raspado para eliminar la placa, el higienista pulirá los dientes. Esto se hace con un instrumento electrónico, generalmente un taladro dental de baja velocidad con un accesorio de goma. Es muy parecido a cepillarse con un cepillo de dientes eléctrico, pero ofrece una limpieza más profunda que la que se puede hacer en casa.
La pasta de dientes que se usa en el consultorio del dentista se llama más comúnmente esmalte de dientes. Contiene piedra pómez, que es una sustancia arenosa hecha de roca volcánica. Es esta aspereza la que preocupa a algunos pacientes. Se preguntan si la pasta de dientes abrasiva podría rayar o dañar el esmalte.
Si bien es cierto que el esmalte de dientes actúa como papel de lija, solo restriega la placa que no se eliminó durante el raspado. También es bueno para blanquear los dientes al eliminar las manchas superficiales dejadas por cosas como el café y el vino tinto. No es lo suficientemente fuerte como para romper el esmalte.
Fluoruro
El flúor es un aditivo común en los sistemas públicos de agua de todo el país debido a su capacidad para ayudar a fortalecer el esmalte dental y prevenir las caries. Los dentistas agregan tratamientos con flúor a los procedimientos de limpieza dental por la misma razón.
Después de pulir los dientes, el higienista a menudo usará un enjuague con flúor o pintará un barniz de flúor en los dientes. El fluoruro ha sido objeto de controversia a lo largo de los años. Mucha gente teme que sea tóxico. Según numerosos estudios realizados por la Asociación Dental Americana, la Academia Americana de Pediatría y otras organizaciones, el flúor es seguro y eficaz para combatir la caries dental.
Mito #3: Mis dientes se sienten dañados después de una limpieza

Después de una limpieza dental, no es raro que los dientes se sientan diferentes. Por un lado, pueden sentirse más suaves por el pulido. Sin embargo, las secuelas que causan preocupación a veces hacen que las personas se pregunten si la limpieza dental dañó sus dientes.
Si el higienista dental tuviera que raspar muy fuerte para eliminar toda la placa, podría dejar los dientes y las encías sensibles. Esto puede ser especialmente notable la primera vez que una persona come después. Esto es normal y no debería durar más de una hora más o menos.
Durante el procedimiento, las encías del paciente pueden sangrar. Esto puede suceder durante el raspado cerca de las encías o cuando el higienista usa hilo dental después de pulir. Esto también es normal, especialmente cuando el uso del hilo dental no se realiza con regularidad, y de ninguna manera significa que los dientes o las encías se hayan dañado.
Algunas personas pueden sentir como si hubiera un espacio entre dos dientes. Esto no significa que el esmalte se haya astillado. Las herramientas utilizadas durante una limpieza de rutina no pueden dañar los dientes de esa manera. En cambio, es más probable que haya habido una acumulación de placa entre los dientes. Una vez que se retira durante la limpieza, puede parecer que el espacio es más grande de lo que debería ser.
No dejes que los mitos te impidan realizar una limpieza dental profesional
Las limpiezas dentales, cuando son realizadas por un profesional en el consultorio del dentista como parte de un chequeo regular, son perfectamente seguras. Son una parte básica de un buen cuidado dental que ayudará a mantener los dientes sanos del paciente y a reducir la posibilidad de caries.
Si le preocupa que una limpieza dental dañe los dientes, discútalo con su dentista. Ellos podrán responder a sus preguntas y aliviar sus miedos.
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